Derechos del inquilino de un local comercial en España

Daniel Rodriguez Díaz
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El arrendamiento de un local comercial es una práctica común para emprendedores, comerciantes y pequeñas empresas en España. Pero, ¿cuáles son los derechos del inquilino en estos casos? A diferencia de los contratos de alquiler de vivienda, los contratos de locales comerciales se rigen por normas más flexibles, que permiten mayor libertad de pacto entre las partes.

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Sin embargo, la legislación sigue otorgando protección al inquilino, especialmente cuando se trata de la estabilidad de su negocio, el uso del local o posibles indemnizaciones por no renovación. En esta guía te explicamos los principales derechos que debes conocer si estás alquilando o vas a alquilar un local comercial en España.

Derecho de posesión y uso del local

Uno de los derechos fundamentales del inquilino de un local comercial es el derecho de posesión y uso del inmueble para el desarrollo de la actividad acordada. Este uso debe estar especificado en el contrato de arrendamiento, y no puede ser modificado por el arrendador sin el consentimiento del arrendatario.

El inquilino tiene derecho a utilizar el local durante todo el plazo pactado, sin interferencias ni restricciones arbitrarias por parte del arrendador, siempre que se respeten las cláusulas contractuales y las normas municipales sobre actividades comerciales.

Es importante que el uso esté claramente definido en el contrato, ya que cambiar la actividad (por ejemplo, de tienda a restaurante) sin autorización puede generar conflictos legales o incluso la resolución del contrato.

Derecho a la privacidad y limitaciones al acceso del arrendador

Aunque el inmueble sea propiedad del arrendador, una vez cedido en alquiler, el inquilino tiene derecho a la privacidad y uso exclusivo del local. Esto implica que el arrendador no puede acceder al inmueble sin autorización expresa del inquilino, salvo en casos muy concretos previstos legalmente.

Las excepciones que permiten al arrendador acceder al local son, por ejemplo:

  • Realizar reparaciones urgentes e inaplazables.

  • Verificar el estado del inmueble al finalizar el contrato.

  • Comprobar si se están respetando las condiciones contractuales.

En cualquier caso, el arrendador debe preavisar con antelación razonable y acordar la visita con el inquilino. Entrar al local sin su consentimiento puede considerarse una violación del derecho a la intimidad y dar lugar a reclamaciones legales.

Derecho a realizar mejoras y modificaciones

En muchos casos, el inquilino necesita adaptar el local comercial a su actividad: instalar mobiliario, mejorar la iluminación, reforzar la seguridad, etc. Para ello, tiene derecho a realizar mejoras o modificaciones, siempre que:

  • No se altere la estructura del inmueble sin permiso.

  • Se cuente con la autorización previa del arrendador si así lo exige el contrato.

  • Las obras se ajusten a la normativa urbanística y de seguridad.

Es recomendable que cualquier mejora significativa sea documentada por escrito y acordada con el propietario. En algunos contratos, se pacta si las mejoras revertirán al local al finalizar el contrato o si el inquilino podrá retirarlas.

Si las mejoras incrementan el valor del inmueble, el inquilino puede negociar beneficios, como la ampliación del contrato o un posible reembolso parcial.

Derecho a la cesión y subarriendo del local

El contrato de arrendamiento comercial puede prever la posibilidad de ceder el contrato a un tercero o subarrendar el local, total o parcialmente. Esto puede ser útil si el inquilino desea traspasar el negocio o compartir el espacio.

Según la ley:

  • Si no se prohíbe expresamente en el contrato, el inquilino puede ceder o subarrendar, notificándolo previamente al arrendador.

  • En muchos casos, el arrendador tiene derecho a una actualización de la renta como consecuencia de la cesión o subarriendo.

  • El contrato puede exigir el consentimiento previo y por escrito del arrendador para estas operaciones.

Es fundamental revisar bien las cláusulas del contrato antes de proceder a cualquier cesión o subarriendo, para evitar la nulidad del acuerdo o conflictos legales.

Derecho a la renovación del contrato y estabilidad del negocio

Aunque los contratos de locales comerciales no están sujetos a prórrogas obligatorias como los de vivienda habitual, el inquilino puede negociar cláusulas de renovación automática o preferencia en caso de nueva contratación.

Esta posibilidad ofrece estabilidad al negocio, ya que garantiza el uso continuado del local, siempre que se cumplan las condiciones pactadas. Algunas claves para proteger este derecho:

  • Incluir en el contrato una opción de prórroga o renovación preferente.

  • Negociar con antelación suficiente la continuidad del contrato.

  • Mantener al día todos los pagos y obligaciones para evitar la resolución del arrendamiento.

En la práctica, muchos arrendadores prefieren renovar con inquilinos solventes y estables antes que asumir los costes de encontrar nuevos ocupantes.

Derecho a indemnización por no renovación del contrato

Si el arrendador decide no renovar el contrato al final del plazo, y el inquilino ha desarrollado una actividad comercial estable en el local, este puede tener derecho a una indemnización si se dan ciertos requisitos:

  • Que el inquilino haya estado al menos cinco años en el local.

  • Que su actividad haya generado clientela identificada con la ubicación del negocio.

  • Que el arrendador o un nuevo inquilino inicien una actividad similar en el mismo local.

La indemnización puede incluir el valor del fondo de comercio o las pérdidas derivadas del traslado del negocio. Este derecho está regulado por la jurisprudencia y puede requerir la intervención judicial si no hay acuerdo entre las partes.

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